La historia de A Quinta da Auga Hotel Spa Relais & Châteaux está indisociablemente ligada a la de la ciudad de Santiago de Compostela que, debido a su tradición universitaria, desarrolló a lo largo del tiempo actividades económicas relacionadas con la producción de libros, viéndose salpicada de numerosas imprentas y otras disciplinas del mundo editorial.
El origen del impresionante edificio que alberga el hotel A Quinta da Auga se remonta al s.XVIII, época en la que fue construido por Don Nicolás de Santamarina, como la fábrica de papel de Laraño en el año 1792, para abastecer la ciudad de Santiago de Compostela y otros puntos de la geografía de Galicia. Comenzó su actividad haciendo papel común, según varios testimonios recogidos en textos de la época, de ahí su ubicación a orillas del Río Sar para canalizar el agua y aprovechar su fuerza motriz. En esa época preindustrial fue la fábrica más grande de Galicia.
Los comisionados del Ayuntamiento y de la Real Academia de Medicina y Cirugía, propusieron construir en ella un lazareto en 1833. Es la primera vez que se concibe la propiedad como un hotel o espacio hostelero, gracias a su capacidad de alojar hasta doscientas personas; pero la propuesta fue desestimada por los perjuicios económicos que ocasionaría el cierre de la fábrica. Curiosamente, dos siglos más tarde, se recuperaría como hotel por la familia Lorenzo García.
En 1834, lo que hoy en día es el hotel A Quinta da Auga, era una de las fábricas de papel más importantes de Galicia. Contaba con cuarenta y ocho empleados y producía desde Santiago de Compostela unas seis mil remesas al año de varias calidades de papel, llegando a alcanzar las gamas más altas con un coste de hasta 40 reales.
La historia de A Quinta da Auga sigue dando varias vueltas hasta llegar a su conversión en hotel debido a los distintos cambios históricos que afectan a toda la economía en Galicia.
La crisis del comercio colonial afectó a muchos molinos papeleros en toda España. El cierre de los mercados americanos hizo que la papelería catalana se volcara en el mercado nacional, desplazando a otros productores. La fábrica de papel de Laraño debió cerrarse pronto como tal, y al igual que otras, por efecto de la crisis, se vio obligada a cambiar de actividad.
La antigua papelera se convirtió en un batán para el encurtido de tejidos y vivió, posiblemente, su mayor esplendor en aquella época. Más tarde sufre una nueva transformación y pasa a ser un aserradero de piedra y madera. En la primera mitad del siglo XX, una nueva reconversión hace que cambie de nuevo de oficio, y en este momento el edificio es una fábrica de hielo y cerveza.
La Papelera de Esgrimía adquiere la propiedad para la empresa, que abandona sus viejas instalaciones del río de San Justo, en Lousame, Noia, para instalarse en una moderna fábrica de papel en Santiago de Compostela.
El cese de actividad provocó el abandono y el consecuente deterioro del edificio y la finca hasta que, finalmete, fue redescubierta por una pareja, la arquitecta Mª Luisa García Gil y el promotor José Ramón Lorenzo Creo. Estudianto las posibilidades del edificio y su entorno proyectaron la romántica idea de un hotel ideal para que los peregrinos y otros visitantes conocieran Santiago de Compostela alojados en un lugar mágico.
La arquitecta María Luisa García Gil y el promotor José Ramón Lorenzo Creo adquirieron la propiedad y acometieron la recuperación y restauración de las instalaciones y su reconversión en hotel con el resultado que pueden apreciar hoy en día.
Después de seis años de rehabilitación A Quinta da Auga abre sus puertas como hotel de lujo pasando a formar parte del prestigioso sello de calidad Relais & Châteaux. Restaurado respetando la estructura original e incluso las canalizaciones de agua, y dotado con unas instalaciones respetuosas con el medio ambiente. El interiorismo y la decoración revelan al visitante que se ha cuidado hasta el último detalle para hacer de su estancia una experiencia única e inigualable.